El plebiscito comenzó este sábado a las 18H00 (hora local), luego de realizar el mismo proceso para decidir la moción en torno a la investigación de la primera dama Kim Keon-hee.

A modo de boicot, la salida de la casi totalidad de los parlamentarios del Partido del Poder Popular (PPP), excepto dos, frustró la moción que se sometió a votación este sábado ante la Asamblea Nacional de Corea del Sur para destituir al presidente Yoon Suk-yeol.

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De acuerdo con datos de la policía, unas 149.000 personas se concentraron frente a la Asamblea para reclamar que Yoon dimita de su cargo o sea destituido, mientras ocurría la votación parlamentaria.

En medio de un ambiente tenso, donde no faltaron los enfrentamientos entre diputados del opositor y liberal Partido Democrático y el Partido del Poder Popular (PPP), la propuesta de investigación a la primera dama surcoreana, Kim Keon-hee, obtuvo 198 votos a favor y 102 en contra, y no logró la mayoría de dos tercios necesaria.

Por parte del PPP, solo seis de sus miembros apostaron por la variante de iniciar el proceso, como respuesta a las acusaciones de corrupción e injerencia en las elecciones contra de la esposa del mandatario surcoreano.

Desde entonces, se pronosticaba un escenario similar con el plebiscito para la inhabilitación de Suk Yeol. Su destitución también precisa de al menos ocho votos a favor de los escaños de la formación gobernante, el PPP.

Ambos hechos tienen como antecedente el anuncio del mandatario de imponer la ley marcial en el país para “erradicar a las fuerzas pronorcoreanas y proteger el orden constitucional democrático”, frente a la amenaza de parálisis del poder debido a los intentos de destituirlo.

De ese modo, prohibió las actividades de la Asamblea Nacional y de los partidos políticos, mientras que los medios de comunicación quedaron bajo control de los militares hasta que el la mayoría de los diputados de la Asamblea Nacional pudieron votar a favor del levantamiento de la ley marcial.

Yoon se acusa de intentar tomar el poder por la fuerza y de ​abusar del poder tras la reciente decisión sin argumentos adecuados y en violación de la ley.

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